Este no es un post asociado al relanzamiento de alguna marca de golosinas ni un “cómo desarrollar una campaña de lanzamiento o una estrategia de comunicación en 5 pasos”: tampoco el análisis o la crítica, constructiva como siempre, a la campaña de alguna marca actual. Surgió de un artículo leído hace algunos días pero de una realidad ajena a la nuestra, lo que me hizo de inmediato pensar en aquellos dulces, galletas, caramelos, chocolates y chucherías de cuando era niña. Aquí valen dos menciones porque claro, nuestra infancia no ocurrió en el mismo espacio y tiempo. Mi “infancia” se ubica entre mil novecientos setenta y pico y mil novecientos ochenta y pico.
La primera mención a la que haré
referencia es que hasta los ocho años fui alérgica a los dulces, salvo el
azúcar adicionado a la leche o a los jugos de fruta, cualquier otro dulce que
mi sistema detectara me convertía de manera automática en una roncha con pelo
rubio con una picazón insoportable para cualquier ser humano y más, para una
niña. Entenderán que esos primeros ocho años, sobre todo los últimos cuatro,
fueron una tortura, viendo como todo mundo comía dulces y yo, bueno, yo sólo
podía ver. Afortunada y exactamente a los ocho años la alergia desapareció de
la misma forma en que llegó a torturar mi infancia.
La segunda es que los dulces a
los que haré referencia no son los únicos, seguramente había muchos más pero
como de costumbre, este post está más asociado a mis propios gustos y recuerdos
de manera que serán bienvenidas las menciones a aquellos que ustedes preferían
o que recuerdan pero que hoy no están más.
Mis recuerdos son tan #Vintage
que ni siquiera existen buenas o siquiera imágenes en la red de todos ellos
como para vestir decentemente este post de manera que la lista siguiente no
tiene ningún orden determinado que no sea aquel en el que los fui recordando.
1. Chocolate
Juguete de Motta, ese chocolate que al abrir la envoltura traía un
“minitoy” que no era otra cosa que la figurita de algún personaje como el Oso
Yogui, Benito Bodoque, el Perro Pulgoso, La Hormiga Atómica y todos los de los
dibujos animados de esos tiempos.
2. Chocomel
- El Tigre, niño #Vintage que se respeta se tiene que haber atorado una
y más veces comiendo Chocomel que no era otra cosa que un polvo de cacao que
lejos de ser usado para la leche, comprábamos “pericoteando” algo del vuelto y
claro, como te lo comías rapidito te pegabas las atoradas de la vida.
3. Tico – Tico Chipy, bolitas dulces de colores que, en mi caso,
fueron adoptadas por ser el sustituto perfecto a los cereales que alguna vez
una de mis hermanas mayores me había traído de EE.UU. Recordemos que en esos
tiempos de gobierno militar, las importaciones estaban prohibidas así que no,
no ibas a Wong o Vivanda (porque no existían) a comprar productos
importados. Aquí solo teníamos los Súper
Epsa y no encontrabas ni arroz ni azúcar pero esos son otros recuerdos. Es así que tu plato de leche tibia con una
bolsa de Tico – Tico eran los Fruit Loops de hoy.
4. Caramelos
Monterrico, los caramelos que mi tía Nelly llevaba a casa en bolsa
grande pero que para variar, yo no podía comer ¿Recuerdan mi alergia? En esos
tiempos, mi tía tenía un mini Market en San Borja y siempre que iba a casa me
llevaba mis caramelos Monterrico, esos que no podía comer más un lápiz un
borrador…nunca entendí por qué. Menos mal que para cuando cumplí ocho y la
alergia desapareció aun se encontraban estos caramelos deliciosos (junto con
los de chicha y los Cocococos de Pera mis favoritos)
5. Galletas
Marquesitas de Royal, no las de Victoria, no las de ahora, las
Marquesitas de Royal eran la vida, calientitas, buenazas así que como toda
repetición es una ofensa, esta no fue la excepción.
6. Muss
de Cremino, esa crema de chocolate y avellana que hoy bien podría decir
que era el abuelito de la Nutella. Casi no venía nada en el potecito pero que
definitivamente era una de mis chucherías favoritas.
7. Pippos
Field, si no pongo a los Pippos, más de un amigo o amiga me querrá
colgar del palo mayor, probablemente me elimine de facebook o me de unfollow,
reporte como spam y bloquee en twitter. Los Pippos eran salados y de hecho
nada tienen que hacer es esta relación de recuerdos dulces pero de todas
maneras van porque no solo eran más buenos que el pan sino que, cuando los
relanzaron no pasó nada. No le corrían
un metro a los Pippos originales.
El tiempo ha pasado, el mercado
de las golosinas y el gusto de los chicos de hoy ha cambiado y hay algunas
chucherías dulces que simplemente no entiendo y otras que no me gustan, que no
me atraen porque claro, ya no soy la niña de los 70s y 80s que conectaba en 3,
2,1 con el mensaje, con el jingle, con los colores, con las imágenes, porque simplemente ya
no soy el target. El gusto, como la belleza, es subjetivo y personal pero mis
recuerdos, mis improntas me pertenecen solo a mí y estarán conmigo por
siempre. ¿Te acuerdas de tus dulces favoritos?
Que lindos recuerdos Sandra, gracias por compartirlo!!!! Recontralike!!!
ResponderEliminarGracias a ti Anita!!!!
Eliminar¡DULCES RECUERDOS DULCES! :) :)
ResponderEliminarMAESTRO!!!!!
Eliminar