¿Cuántas veces en la vida puede y debe permitir una persona que tomen su corazón y lo estrellen contra una pared de piedra? ¿Cuántas veces se debe perdonar y tratar de empezar desde cero? ¿Cuántas veces se debe repetir esta misma historia? ¿Cuántas veces se puede una persona hacer estas preguntas durante su vida?
Con casi 42 años no me sentaré a ver pasar mi vida buscando las respuestas a estas preguntas, me rebelo ante esa posibilidad, no dejaré que la tristeza absorba mi energía vital, mi felicidad o mis sonrisas.
No me gusta que me vean la cara de tonta, que jueguen con mis sentimientos, no me gusta cuando no responden a mis preguntas, no me gusta jalar la lengua de las personas, no me gusta hablar sola y no me gustan las verdades a medias, mucho menos, las mentiras...parece que muchas cosas no me gustan, debe ser la edad.
Envidio tu capacidad de síntesis, la sencillez con la que ignoras el dolor ajeno y tu facilidad para voltear la página, espero pronto aprender. Lo que espero nunca aprender es a mentir, a ser deshonesta, a ser cobarde, a no enfrentar las cosas en el momento justo. Te deseo suerte sin rencores o egoísmos, sin maldad o hipocresía y con la sinceridad que en una hoja de papel pueda caber.
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