Vistas de página en total

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Es tan difícil hablar?

Llama la atención que viviendo en la era de la comunicación, no solo en aspectos tecnológicos como el uso de teléfonos celulares, computadoras portátiles, acceso a internet o la utilización de las Redes Sociales como Facebook y Twitter como medio de comunicación e información que, ciertamente, no están al alcance de las grandes mayorías y que en tiempos en que la solución de la mayoría de conflictos y desacuerdos se solucionan a partir del establecimiento de conductos de comunicación a todo nivel, se siga optando por aplicar la política del silencio, dejando que los problemas escalen a niveles absurdos para recién ahí manifestarse, dejando ante la gran mayoría de peruanos la sensación de que esta reacción no responde a ninguna política o estrategia previamente diseñada sino, más bien, que responde a las presiones –válidas o no- de pseudo dirigentes e incluso autoridades que absurdamente, son parte del estado.
Lo dicho responde al conflicto que se vive actualmente como resultado de la ejecución del Proyecto Conga de la Compañía Minera Yanacocha en Cajamarca.  Planteo entonces una serie de preguntas que podrían resultar incluso hasta absurda pero que, analizando la forma en que se ha actuado hasta hoy, parecieran no ser ni tan absurdas o sus respuestas tan obvias.    
¿Cómo es posible que el Gobierno Regional de Cajamarca tenga en sus cuentas bancarias más de mil millones de soles y sus autoridades sean incapaces de satisfacer las necesidades de la región, como por ejemplo, la construcción de un sistema de agua potable y alcantarillado que permitiría a la población contar permanentemente con este recurso indispensable para la subsistencia de todo ser humano?
¿Cómo es posible que el Presidente Regional de Cajamarca, Gregorio Santos, sea autoridad y a su vez, sea quien ha venido encabezando las protestas y los desmanes que se vienen produciendo en Cajamarca, haciendo uso de recursos económicos y materiales de la región e incluso, desafíe abierta y frontalmente al gobierno central emplazándolo para que Yanacocha se retire definitivamente de Cajamarca?
¿Cómo es posible que, teniendo antecedentes de protestas y desmanes previos en los últimos años, producto de la falta de diálogo e información sobre proyectos mineros, no solo a las poblaciones que se ven directamente involucradas sino a todos los actores directos e indirectos, no se generen los espacios de información y diálogo adecuados para evitar situaciones como las que hoy se viven el Cajamarca?
¿Cómo es posible que no se tome en cuenta ni se respete la cosmovisión andina que considera que la tierra, la naturaleza e el hombre son una sola y que en ese contexto, el agua, ha sido, es y será siempre prioridad y fuente de vida?
¿Cómo es posible que todavía las autoridades de distintos niveles sigan privilegiando sus intereses personales y no los intereses de todos, en este caso, los intereses de todos los peruanos?           
¿De dónde creen que el gobierno obtendrá los recursos económicos suficientes y necesarios para implementar todos los programas sociales a los que se ha comprometido?
¿De dónde saldrá entonces el impuesto a las sobre ganancias mineras que logró obtener este gobierno si no hay proyectos mineros?
Es  absurdo que las autoridades regionales reclamen que el gobierno central, producto de los candados existentes, no les permita hacer uso de mayores porcentajes de los recursos con los que cuentan.  Se imaginan que pasaría si estos candados no existieran. Tendríamos más piscinas ornamentales, más monumentos al sombrero, más plazas de toros, más canchas de fútbol y una infinidad de mamotretos y elefantes blancos que los pueblos no necesitan y que puntualmente, no mejoran su calidad de vida de manera alguna.
Sería muy importante que alguien le recuerde al señor Gregorio Santos que él no es el dueño de Cajamarca, que Cajamarca es parte del Perú y que los peruanos, en su conjunto, tenemos derecho a decidir que se hace o que no se hace respecto a la extracción y explotación de los recursos naturales del subsuelo. 
Los peruanos tenemos el derecho también a tomar todas las precauciones a fin de asegurar que los proyectos mineros, actuales y futuros, cumplan con los estándares de protección y cuidado al medio ambiente y que se respetarán e incorporarán las observaciones, sugerencias o aportes que se puedan realizar y que se subsanarán las legítimas observaciones que se formulen buscando en todo momento la coexistencia entre la minería (responsable) y la población  
Ni siquiera es válido decir que no existen los recursos suficientes y necesarios para generar estos espacios de comunicación, diálogo e información que permitan que las poblaciones expresen su sentir y que se les explique los beneficios directos e indirectos que tendrán en sus vidas la presencia de la minería formal generando actividades sostenibles en el tiempo y no que acaben una vez que la mina se retire.
Consideremos que las personas que están reclamando, legítimamente o no en este tema, son aquellas que no han visto, en todo este tiempo, ninguna mejora en su calidad de vida producto de esos miles de millones que produce el canon minero y cuyas vidas están exactamente igual que antes o quizá peores.
Cierto es también que  ciertos dirigentes aprovechan esta realidad para generar movimientos reaccionarios y violentistas que no contemplan posibilidad alguna de diálogo sino más bien, recurren al chantaje y a la presión a través de la violencia para lograr sus objetivos.
Lo más lamentable de todo esto es que si, a pesar de todo el proyecto no va, veremos con mucha tristeza en muy poco tiempo a los depredadores de la minería informal acabando y arrasando con todo el oro que encuentren a su paso dejando, ahí sí, muerte y devastación.  

(escrito el 30-11-12)

No hay comentarios:

Publicar un comentario