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lunes, 2 de mayo de 2011

Responsabilidad Social, fund raising y sostenibilidad


 La RS, práctica q en los últimos años ha tomado fuerza en nuestro país, es un concepto estrechamente relacionado con el proceso de fund raising o captación de fondos, en especial, para todas aquellas instituciones, ONG’s y asociaciones o agrupaciones de ayuda diversa que en nuestro país tienen como objetivo principal trabajar de manera sostenida a favor de quienes mas lo necesitan a nivel nacional y paralelamente, lograr su propia sostenibilidad.

Es bien sabido que tanto las instituciones internacionales que trabajan a nivel mundial como la Cruz Roja, OXFAM, ALDEAS INFANTILES SOS, CARITAS, CARE, Save de Children, etc., como aquellas que trabajan a nivel local como El Hogar de Cristo, ADAINEN, las Damas del Hospital del Niño, Compartir, entre otras no solo realizan un arduo y reconocido trabajo en cada una de las líneas de acción en las que se desarrollan sino que además deben realizar un esforzado y permanente trabajo en busca de los fondos y recursos que les permitan concretar y dar sostenibilidad a su trabajo.

Algunas de las antes mencionadas y sobre todo, las de nivel global, reciben, en mayor o menor medida, el apoyo de sus respectivos gobiernos pero mayormente todas, recurren a organismos de cooperación internacional “tradicional” como la Unión Europea, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), los fondos contravalor, el PNUD y otros organismos de cooperación que trabajan a nivel mundial y que apoyan diversas iniciativas de acuerdo a su propia misión y principios.

Es ahí donde el concepto de RS en el plano nacional se torna de vital importancia para la subsistencia de las instituciones de trabajo a nivel local, que, sin mas recursos que los obtenidos en base a actividades tradicionales y cada vez de menor impacto como rifas, sorteos, colectas y las conocidas teletones, que apelan a la conciencia y solidaridad de la comunidad, ven en esta nueva práctica, una clara oportunidad para lograr la tan ansiada y buscada sostenibilidad.

La puesta en marcha de programas de RS en las más importantes empresas del país y la incorporación de cada vez mas y mas empresas que optan por invertir parte de sus ganancias en diversas líneas de acción, brinda la posibilidad de realizar alianzas estratégicas, convenios de apoyo interinstitucional y acuerdos diversos a mediano y largo plazo alejando poco a poco el fantasma de la ayuda cortoplacista, esa que aparece y, en un primer momento, logra contener el incendio pero no extinguirlo.

Por otro lado, existen ciertos estándares que las instituciones y organizaciones a nivel local deben seguir, no solo como una etapa más del proceso, esa que se realiza si es solicitada por aquellos que financiaron algún tipo de proyecto, actividad o campaña sino que deben estar integrados como parte de sus buenas prácticas. Este es el caso de la incorporación de una clara política de rendición de cuentas, misma que se hace necesaria en momentos en que la credibilidad de muchas instituciones se ve alterada por incidentes aislados pero que si, afectan de manera significativa el trabajo de las instituciones y organizaciones de ayuda y bien social.

Actualmente, podemos contar entre 200 y 250 las ONG’s y diversas agrupaciones que trabajan en el territorio nacional, lo que hace que la torta, en función a aquellas empresas que apoyan diversos programas de ayuda, deba ser evaluada y posiblemente repartida entre muchos mas actores, lo que dificulta mas aun las posibilidades de elegibilidad.

En este contexto entonces, no solo se trata de presentar un proyecto o idea de la manera adecuada, de redactar la carta perfecta, de preparar el material audio visual necesario, de tener los contactos adecuados en el caso de la toma de decisiones a nivel empresarial que determine positivamente esa tan ansiada elegibilidad o incluso, de ofrecer algún tipo de plus que haga a nuestra oferta mas atractiva respecto a otras sino que, por sobre todas las cosas, se debe mostrar y comprobar de manera oportuna que los recursos fueron utilizados eficaz y eficientemente y que el destino de los mismos fue justamente para lo que fueron solicitados.

Es muy importante también que las empresas tengan claro que las posibilidades de apoyo no solo re circunscriben en el plano de la ayuda económica sino que por el contrario, existen otras alternativas de ayuda efectiva como las asesorías profesionales, la incorporación de programas de voluntariado corporativo, los programas de capacitación y formación, la sesión de parte de sus pautas publicitarias anuales para la difusión de actividades y programas específicos entre otras.

Es entonces el momento que las instituciones de ayuda y bien social dejen de ver el “árbol” para ver “el bosque”, que inicien la construcción de sólidas estructuras que les permita mantener esas relaciones y que los motivos trascendentes que los llevan a cumplir su misión se vean complementados por sólidas prácticas que se conviertan en su mejor carta de presentación.

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