Se considera publicidad subliminal todo aquel
mensaje audiovisual que se emite por debajo del umbral de percepción consciente
y que incita al consumo de un producto.
El nacimiento de la publicidad subliminal se remonta al año 1957, cuando el
especialista en investigación de mercados James Vicary introdujo las frases “Eat Popcorn” y “Drink
Coca-Cola” en el metraje de una película.
El supuesto
experimento realizado en los Estados Unidos consistió en incluir uno o dos
fotogramas por minuto con la marca que se deseaba publicitar y su duración era
la suficientemente larga para que el espectador las leyera de manera
inconsciente, pero demasiado breve para que éste se percatara de ello.
Los anuncios subliminales de Vicary
lograron que las ventas de Coca-Cola
y palomitas se
incrementaran supuestamente en un 18,1% y un 57,8% respectivamente. Sin
embargo, después se demostró que los resultados del experimento de Vicary
estaban en realidad alterados. Análisis más recientes han demostrado que los
mensajes subliminales pueden afectar al comportamiento
del consumidor, pero sólo de manera muy limitada.
En 1962 Vicary
fue entrevistado por la revista Advertising Age y declaró que el experimento en
realidad era una mentira que se llevó a cabo debido a que su empresa pasaba por
dificultades económicas.
De todas estas informaciones se puede deducir que dicha prueba no se ha
realizado nunca.
Un estudio
de la Universidad de Harvard llevado a cabo en 1999 empleó un método
similar al utilizado por Vicary en 1957. Los investigadores recurrieron a un videojuego que mostraba a los
participantes una serie de palabras en pantalla durante sólo unas milésimas de
segundo. A una parte de los participantes se les mostraron palabras positivas
como “sabio”, “astuto” o “experto”, mientras que a la otra parte se les
mostraron palabras con connotación negativa como “senil”, “dependiente” y
“enfermo”.
A pesar de que las palabras aparecían en
pantalla sólo durante unas milésimas de segundo, los investigadores constataron
que los participantes que vieron palabras
positivas acabaron el juego significativamente antes que aquellos que
fueron expuestos a palabras
negativas.
Johan C.
Karremans, de la Radboud University de Nijmegen (Holanda), y sus colaboradores
quisieron ver si podían inducir subliminalmente a unos voluntarios a tener
preferencia por una particular marca de bebida, concretamente Lipton Ice. Para ello eligieron una
marca de agua mineral llamada Spa Rood
que era igualmente de efectiva para apagar la sed que Lipton Ice. A unos 61 voluntarios se les solicitó una tarea de
observación que consistía en que contaran cuántas veces una cadena de
"B"s mayúsculas contenía una "b" minúscula infiltrada.
Cada cadena de
"B"s aparecía por 300 milisegundos, mientras que durante 23
milisegundos aparecía una secuencia sin significado o con el mensaje subliminal
“Lipton Ice”. Finalmente se les preguntaba si querían "Lipton Ice" o
"Spa Rood" mediante la presión sobre una tecla. Se les decía además
que eso formaba parte de otro estudio totalmente distinto. De esta manera
pudieron comprobar que los voluntarios que dijeron que estaban sedientos
estaban más dispuestos a elegir "Lipton Ice" sólo si habían recibido
el mensaje subliminal.
En un segundo
estudio los investigadores hicieron que la mitad de 105 voluntarios se
sintieran sedientos dándoles un alimento con mucha sal antes de realizar el
experimento. Al finalizar, como se había pronosticado, comprobaron que el
mensaje subliminal había tenido éxito entre los sedientos. El 80% de estos
eligieron "Lipton Ice" frente sólo al 20% del grupo de control que no
fue expuesto al mensaje. Se les pidió que evaluaran cuánto de sedientos se
encontraban. El resultado fue que aquellos que no se encontraban sedientos no
escogían preferiblemente la bebida en cuestión, aunque fueran expuestos al
mensaje subliminal. Estos investigadores finalmente han demostrado que en
algunas circunstancias la publicidad subliminal funciona.
Aquí algunos ejemplos de publicidad subliminal:
Al día de hoy
todavía se sigue especulando acerca de este efecto, como en la revista de la Asociación
Estadounidense de Psicología, que demostró que los estímulos subliminales están
subordinados a estímulos asociativos estructurados previamente y que su único
papel es el de reforzar una determinada conducta o una determinada actitud
previa, sin que haya pruebas concluyentes de que el estímulo que provoca esas
conductas sea propiamente subliminal.
En el Perú
Mucho se ha hablado de posibles ejemplos de publicidad subliminal en nuestro país, sobre todo en lo referente al ámbito político. Como siempre comparto con ustedes esos ejemplos para que juzguen por ustedes mismos ¿es o no publicidad subliminal?
Fuente:
Si no fueran efectivas no las usarían. Si la industria tiene la oportunidad de estar 1milímetro más cerca de los bolsillos de los consumidores, tomará esa oportunidad. Basta ver los anuncios de Coca-Cola, siempre llenos de formas y figuras intrincadas, gotas en las gaseosas con contornos femeninos, no hay que ser muy estudioso. Si está por encima del umbral de decisión, deberían ser penados. Ahorita venden productos de consumo. ¿Qué pasará cuando quieran inocular ideologías? Por supuesto, siempre habrá quien trate de minimizar los efectos. Lo cual debería alertarnos más.
ResponderEliminarMuy interesante tu comentario. Personalmente creo que lo subliminal que es casi imperceptible, en algunos casos se convierte en más que obvio y hasta grosero.
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