El posicionamiento, de la manera como todos
lo aprendimos, es el lugar que ocupa un producto o servicio en la mente de los
consumidores. En ese contexto, hay una
serie de maneras de posicionarse, por ejemplo, a través de la relación calidad
– precio, los estilos de vida, el uso y la tan mentada aspiracionalidad.
Este tipo de posicionamiento, dependiendo
de las características del producto o del grupo objetivo al que están
dirigidos, está asociado con una clase
de usuarios a quienes las marcas les prometen, directa o indirectamente a
través de su uso o consumo, bienestar, sentido de pertenencia o realización
personal haciendo uso, por ejemplo, de personajes famosos o influyentes con los
que los consumidores desean identificarse.
En el año 2008 en el blog del Diario El
Comercio, Luis Felipe Gamarra decía “La publicidad es una máquina que intenta
vender productos en menos de 60 segundos. Para ese efecto, muchas veces, se
sirve de estereotipos
que resumen
estética, económica, social y culturalmente al consumidor, público objetivo,
target, o como lo llamen. Pero muchas veces la publicidad reseña al consumidor
que no somos, pero que -en el fondo- queremos ser: publicidad aspiracional, le
llaman. Allí empezó el problema.
"La publicidad aspiracional no tiene pierde. Todos aspiramos a ser
blancos, tener plata, tener carro, chicas y tomarnos una cerveza en la
playa"
http://blogs.elcomercio.pe/publicidadymkt/2008/04/publicidad-y-raza.html
Podemos suponer entonces que las
marcas hacen uso de estas estrategias para poner “en nuestras manos” los
productos o servicios que, por imitación, todos deseamos tener.
A finales del mes de abril leí un
artículo del Dr. Rolando Arellano, de Arellano Marketing http://www.arellanomarketing.com/blog/2012/04/la-%E2%80%9Caspiracionalidad%E2%80%9D/ en el cual afirma que esa “tan
mentada aspiracionalidad” de las clases más bajas hacia las más altas no ha
sido probada en la actualidad. “Quizás en los años 50 o 60 las clases
medias tradicionales querían imitar a los dueños de las empresas en las que
trabajaban, pero hoy las mayorías son independientes y dueñas de sus propios –y
generalmente pequeños- negocios. Crecieron lejos y sin depender de los más
ricos, por lo cual no tienen razón para imitarlos” dice Arellano.
Por el contrario, hoy las cosas han
cambiado de manera radical, no solo en lo que se refiere a los gustos musicales
(ahí tenemos a Tongo cantando en una de las más exclusivas discotecas de Asia),
el gusto por comidas que antes eran consideradas solo de estratos muy pobres e
incluso la tendencia hacia la ropa de diseñadores famosos salidos de Gamarra.
Arellano tiene razón al
preguntar si alguien ha demostrado que los comerciales con modelos blancos y
europeos hacen vender más que aquellos con modelos mestizos (desición que es
tomada por el cliente) ya que, hasta la fecha, no existe ningún estudio de
mercado que lo sustente.
Las investigaciones realizadas por
Arellano Marketing www.arellanomarketing.com muestran que el 70% de la población urbana peruana se
autodenomina mestiza, y sólo el 17% se dice blanca, proporción no varía mucho entre los diversos
niveles de ingreso (Estudio Nacional del Consumidor Peruano 2011, Arellano
Marketing).
Personalmente creo que es hora de
actualizar el chip que muchos tienen aún, producto de las toneladas de teoría
que llevan dentro de sí y que proviene de aquello que nos enseñaron. Es tiempo de abrir los ojos y ver la realidad
pero sobre todo tener claro que, además de ver lo que sucede a nuestro
alrededor, solo a través de los estudios de mercado e investigaciones es
posible validar o entender aquello que suponemos que nuestros clientes desean o
esperan.
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