La hipérbole
es una figura retórica que
consiste en aumentar o disminuir excesivamente aquello de lo que se habla. Se define a la exageración publicitaria como los anuncios que aumentan
de modo desmesurado las características de los bienes ofertados a través de
elogios de contenido total o parcialmente comprobable, que poseen un núcleo
fáctico verdadero y que no son tomados en serio por los consumidores.
En publicidad,
la hipérbole
es utilizada de manera que la exageración resalte uno o más atributos de un producto o servicio y no solo convertirse
en un recurso para provocar risa o asombro. La razón de ser de la retórica es la
persuasión. En el terreno publicitario y dentro de los
recursos de la retórica visual, la hipérbole es uno de los favoritos de los
publicistas. Dicha herramienta no es otra cosa que llevar una expresión, gráfica
o textual, a la máxima exageración.
Aquí algunas recomendaciones para
que la publicidad, en base al uso de la exageración, sea efectiva:
1.
Debe
ser significativa para el grupo objetivo. De nada sirve hacer publicidad extremadamente creativa si la información
contenida no es trascendente para nuestro target.
2.
El mensaje debe innovar la comunicación. Aquellos
que no impactan de una u otra forma al espectador se los lleva el viento.
3.
Debe
ser creíble, sin
exagerar las frases humorísticas, irónicas y satíricas.
4. Debe añadir valor
a la marca.
5. Debe evitar crear falsas expectativas: no debe constituir publicidad
engañosa.
Aquí un par de comerciales
donde entre otros, se hace uso de la hipérbole o exageración.
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